Estas dos últimas semanas, el papa Francisco ha dedicado las catequesis de la audiencia general que se celebra los miércoles a explicar los dos primeros capítulos del libro del Génesis.
Además, destacamos algunas de las afirmaciones que su santidad hace en estos textos.
Gén. 1
Hombre y mujer son imagen y semejanza de Dios.
El ser humano necesita de la reciprocidad entre hombre y
mujer.
Para resolver sus problemas de relación, el hombre y la mujer
deben hablar más entre ellos, escucharse más, conocerse más, quererse más.
Deben tratarse con respeto y cooperar con amistad. Con estas bases humanas,
sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión matrimonial y
familiar para toda la vida.
El vínculo matrimonial y familiar es algo serio, y lo es para
todos, no sólo para los creyentes.
Es necesario, en efecto, que la mujer no sólo sea más
escuchada, sino que su voz tenga un peso real, una autoridad reconocida, en la
sociedad y en la Iglesia.
La comunión con Dios se refleja en la comunión de la pareja
humana y la pérdida de la confianza en el Padre celestial genera división y
conflicto entre hombre y mujer.
Gén. 2
La mujer no es una «réplica» del hombre; viene directamente
del gesto creador de Dios.
Hombre y mujer son de la misma sustancia y son
complementarios.
La confianza de Dios en el hombre y en la mujer, a quienes
confía la tierra, es generosa, directa y plena. Se fía de ellos.
La desvalorización social de la alianza estable y generativa
del hombre y la mujer es ciertamente una pérdida para todos.
El hombre es todo para la mujer y la mujer es toda para el
hombre.