PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA - DOS HERMANAS
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domingo, 26 de mayo de 2013

Corpus Christi

En estos días compartimos la alegría de la presencia viva de Dios entre nosotros. La Iglesia mantiene sus brazos abiertos a todos los hombres como reflejo de lo que hizo Jesucristo y la comunidad de creyentes se convierte en esa familia donde cada miembro tiene su lugar correspondiente. 
Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn. 1, 14). Reflexionemos en la fiesta del Corpus Christi sobre lo que nos dice la Palabra en tres momentos determinados:
Mt. 5, 23-24. La reconciliación con los hermanos.
Lc. 15, 11-31. Un Padre misericordioso.
1 Cor. 12, 12-31. Miembros de un solo cuerpo.
Que la oración y la contemplación nos lleve a la vida plena en Cristo.

domingo, 19 de mayo de 2013

En brazos de María


Mayo  2013

Nuestra vida como cristianos se basa en el amor. La misericordia del Padre nos abre los brazos, nos acoge y nos perdona. María, madre de Dios, nos protege y nos acompaña siempre. 
Con esta disposición nos entregamos mutuamente en el Sacramento del Matrimonio. La donación al otro da sentido al sí que pronunciamos el día de nuestra boda.
Que tengáis la seguridad de que las puertas de la Iglesia están abiertas para todos.
¡Gracias por vuestra actitud y por la decisión tomada! 
 ¡Felicidades!

domingo, 12 de mayo de 2013

Alianza matrimonial


La alianza matrimonial es una entrega, una donación. Y este es el primer sentido del matrimonio: yo me doy, como marido, como esposa y recibo como respuesta la donación de mi cónyuge.
Esta entrega es una superación radical del egoísmo. Amar es vivir centrado en el tú y no en el yo. Cuando hay amor verdadero, decir yo te quiero significa: yo te quiero para hacerte feliz.
Amar con autenticidad no es renunciar a la propia felicidad, sino descubrir que mi felicidad más grande es vivir para hacer feliz al otro. Es la felicidad que Dios quiere para cada uno de nosotros.
Amar es estar siempre para el tú, sólo para el tú. En la alianza matrimonial se nos pide una entrega de toda la persona y para siempre: una entrega total y permanente.
Por otra parte, en la celebración del Sacramento del Matrimonio consagramos nuestras vidas al otro, ahora y para siempre.
No solamente queremos caminar juntos, compartir toda la vida, hacernos responsables el uno por el otro, sino que hay también un derecho mutuo. El otro tiene derecho a mi amor, mi apoyo, mi tiempo, tiene derecho a que yo luche por alcanzar su felicidad.
Esta conciencia de consagración debería ser tan fuerte como la que tiene un sacerdote o una religiosa que ha entregado su vida a Dios. Y lo mismo que el sacerdote o la persona consagrada usa un distintivo externo -un hábito, una cruz- que recuerda este carácter de pertenencia a alguien, así también los esposos tienen ese distintivo.
Este es el sentido de nuestro anillo de casamiento, nuestro anillo matrimonial, nuestra “alianza”. No es un adorno, sino el símbolo de una consagración. La persona que lleva anillo da a conocer su carácter de comprometido, de aliado, no sólo ante el cónyuge, sino también ante los demás.
A veces justificamos con múltiples razones el no llevar siempre el anillo de casados pero qué importantes son los símbolos y qué gran significado tiene este anillo: nos recuerda el amor, la presencia, la fidelidad del cónyuge en cada circunstancia.
¡Que seamos coherentes en nuestra vida cristiana y mostremos a todos nuestro compromiso contraído cuando dijimos sí en nuestros matrimonios!

(Extraído del texto del padre Nicolás Schwizer, El espíritu de la alianza matrimonial.)

domingo, 5 de mayo de 2013

María, madre








María, madre ejemplar,
modelo de fidelidad a Dios.
Ella nos enseña a estar
junto a Él siempre,
en cada instante de 
nuestras vidas.