Cuando
volvemos al ritmo habitual después de las vacaciones, se nos pueden presentar
dudas sobre cómo conciliar la vida laboral y familiar. Con organización y un
trabajo flexible es posible.
El principal problema es encontrar tiempo de calidad para dedicar a los hijos. La larga jornada laboral, las tareas de la casa… los padres se sienten desbordados e incapaces de sacar tiempo para sus niños.
El principal problema es encontrar tiempo de calidad para dedicar a los hijos. La larga jornada laboral, las tareas de la casa… los padres se sienten desbordados e incapaces de sacar tiempo para sus niños.
Para
superar con éxito las tensiones que surgen entre trabajo y familia, pedagogos y
psicólogos recomiendan que se sigan una serie de pautas:
•
Ser menos exigentes consigo mismos y reconocer que no se puede llegar a todo.
•
Pensar en lo que es realmente importante y tener siempre tiempo para las cosas primordiales,
que para la mayoría de las personas suelen ser la familia y los amigos.
•
Establecer prioridades. La limpieza de la casa puede esperar, pero nunca se
debe dejar "para otro momento" la charla con un hijo cuando requiere
la atención de sus padres.
•
Prestarles total atención cuando se habla con ellos. Hay que pararse a escuchar
todas las cosas que los hijos tienen que contar, que para ellos pueden ser muy
importantes, "como un dibujo que ha hecho en clase o una pelea con otro
amigo". Si no se les atiende en ese momento, los niños perderán la
espontaneidad de contar todo a los padres, y será difícil recuperar años
después su confianza, cuando sean adolescentes y prefieran las opiniones de los
amigos a las de su familia.
•
Aprovechar los fines de semana y los días libres para realizar actividades con
ellos.
•
No buscar demasiadas actividades extraescolares para mantenerlos ocupados
mientras no estéis en casa.
•
Supervisar la educación que reciben en el colegio y las personas que se dedican
a cuidarlos mientras estáis ocupados.
•
Aceptar sus opiniones, aunque sean distintas a las vuestras. No se trata de
consentir y plegarse a la voluntad de un niño, pero sí de que sepa que aunque
sus opiniones sean distintas a las de sus padres, siempre contará con su apoyo.
•
Cultivar la paciencia y el sentido del humor, cualidades que harán más
llevadero cualquier problema.
Tal
vez tendremos que plantearnos qué es lo realmente importante en nuestras vidas
y tomar las decisiones que nos lleven a disfrutar de la familia que hemos
formado.
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