Cuando salimos de casa todos juntos, hay personas que hacen preguntas que suelen ser siempre las mismas. Pues quiero responder a todas aquí.
Pero antes quiero dar un ¡olé! a los que tienen varios hijos, un ¡olé! a los que tienen menos y otro ¡olé! a los que no tienen ninguno. Porque el número no te hace mejor ni peor, cada uno tiene sus circunstancias, su situación, sus proyectos y su vida, por eso soy de la opinión de que nunca hay que juzgar a nadie por esta razón. Ni al que tiene uno, ni al que tiene más.
¿Son todos tuyos?
Si, míos y de mi marido, que él algo tendrá que ver. Son nuestros. A veces bromeo y digo que a dos los recogí en la calle y alguno pone cara de susto.
Pero… ¡si eres joven!
Es que no quise tenerlos vieja.
Puedo correr detrás de uno cuando va a cruzar en rojo el semáforo, puedo cargar con un brazo al peque y con el otro llevar la compra, puedo agacharme a bañarlos y sacarlos a pulso, saltar a la comba, patinar con ellos y a veces tengo que hacer el pino.
Dentro de años quizás tenga artrosis o vete tú a saber, y cuando me agache a recoger algo del suelo y mi espalda lo lamente me alegraré de no estar empujando un columpio en el parque.
Cuando sea mayor tengo otros planes, no sé…jugar a la brisca, salir a merendar un croissant con las amigas o quizás pasear a mi nieto.
La vida son etapas y ahora me toca esta. La época del “chumba, chumba” terminó y hay que aprender a disfrutar de lo que la vida te da en cada momento. ¡Qué parece que todos somos eternamente jóvenes! y la vida son eso, cambios.
Este libro que ya todos conoceréis, me lo regaló mi madrina de pequeña y me ayudó mucho. Se adapta a cualquier situación de la vida. Os lo recomiendo.
Admiro a las valientes que los tienen con más edad y aplaudo a todas fuerte, pero ser madre joven es otra opción.
¿Ya pararás, no?
¿Hay un número estipulado de hijos por la ley?
Lo ideal es tener la parejita, tres es lo máximo para considerar que una persona está en sus cabales. Si te pasas de este número ya estás loca o eres rara. Quiero a mis hijos porque quise tenerlos.
Mis hijos no son una maldición, son un regalo. No son un rollo, me hacen reír. No me debilitan sino que me enriquecen. Me hacen mejor persona, más generosa, más paciente y descomplicada. No son una carga, me ayudan a llevar el peso de las cosas con alegría.
¿No te aburres, eh?
Pues no. De hecho me divierto mucho. Me gusta ver pelis en familia, salir de excursión el fin de semana. Me divierten sus historias y sus juegos y disfruto con ellos.
¿Y cómo haces para estar arreglada?
Creo que hay una falsa leyenda en que la mujer en el momento en que tiene hijos pasa directamente de mujer a adefesio. Siempre llevo algún “lamparón” en los tejanos y estaré más “despelurciada”, pero con la cabeza muy alta porque de mis tacones nadie me baja.
El exterior es reflejo del mundo interior y supongo que la felicidad que transmiten los hijos se refleja por fuera.
¿Pero no dormirás nada?
Pues para ser sinceros he pasado noches en vela. Siempre pasa algo, o uno está enfermo, otro tiene pesadillas o a alguno simplemente le apetece dar por el saco. Pero al igual que los médicos hacen guardia y se entiende perfectamente, un “segurata” pasa la noche despierto y a nadie le extraña, o el que tiene mucho “curro” se acuesta a las mil y la gente lo admira. Yo hago guardias por esta empresa que es mi familia.
Una empresa que como todas tiene épocas de crisis, en la que a veces la contabilidad y finanzas no van bien, en que la organización interna es un caos, hay falta de motivación del personal y conflictos laborales, errores en los procesos, marcado estrés y falta de tiempo de los jefes. Pero que gracias al factor humano y su trabajo en equipo, esta empresa sale a flote con más fuerza.
Fuente: Ishaces Blog
link: http://ishacesblog.com/tengo-mas-de-tres-soy-joven-llevo-tacones-y-soy-feliz/
http://www.jovenescatolicos.es/2018/02/01/tengo-mas-de-tres-soy-joven-llevo-tacones-y-soy-feliz/