PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA - DOS HERMANAS
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domingo, 29 de abril de 2018

“Por qué decidí no abortar”

Me propusieron abortar. Venía todo tan mal, que la única solución al “problema” era eliminarlo. Con mi marido, Luis María Caballero, estábamos esperando nuestra tercera hija. Estaba en la semana catorce y los estudios indicaban que mi bebé era inviable, sin posibilidades de vida fuera del útero materno; y que muy probablemente moriría durante la gestación. Los médicos del hospital de Barcelona (estábamos viviendo en España por una beca estudiantil de mi marido), nos dijeron que en el hipotético caso de que sobreviviera, sería una persona que jamás podría caminar.

Con esas palabras que martillaban mi cabeza, con el corazón desolado, solos con mi marido, en un consultorio gélido desde lo humano, no pudimos hacer otra cosa que llorar desconsoladamente, aceptando que el futuro de nuestra hija era incierto y, seguramente, muy difícil. Pero así, abrazados, seguimos adelante.

Y no nos arrepentimos. Es más, somos felices. Nuestra bebé sobrevivió, nació y empezó a crecer. Es la misma a la que veíamos chuparse el dedo en las ecografías, moviéndose cuando acariciábamos mi panza. Y todos los miedos y angustias que teníamos, empezaron a desvanecerse en el aire. Nuestra Rochi nos ha mostrado, una y mil veces, que los obstáculos se superan con mucho amor, paciencia, confianza, ayuda, optimismo, Fe y miles de cosas más que nos hacen más humanos y más personas. Y eso es lo que, a fin de cuentas, todos queremos ser en esta vida.

Hoy Rochi tiene casi tres años. Tiene síndrome de Down, y una insuficiencia renal crónica. Actualmente está en diálisis y a la espera de un trasplante de riñón. Nosotros compartimos nuestra experiencia de padres a través de la cuenta de Instagram rochimodel.

Fuente: La Nación

https://www.lanacion.com.ar/2115116-



http://www.jovenescatolicos.es/2018/03/13/por-que-decidi-no-abortar/

domingo, 15 de abril de 2018

¡Tengo derecho!

Tengo derecho a elegir el género que quiero. Tengo derecho a tener un hijo. Tengo derecho a divorciarme. Tengo derecho a abortar. Tengo derecho a… tengo derecho… Parece que si decimos que tengo derecho ya estamos legitimados a ello, parece que nuestras sentencias y nuestras opiniones tienen más peso porque… “como lo dice el derecho”… pero, ¿realmente?
Está claro que la ley educa y va calando poco a poco en la gente, no nos damos ni cuenta pero ¡es verdad! Antes ni se pensaba el aborto como una solución, pero ahora ya parece el pan de cada día porque está en la ley; antes cambiar de “género” (sexo) ni se nos ocurría pero ahora lo vemos en nuestro día a día porque así lo ha dicho la ley… De hecho, tenemos la mentalidad de que si el derecho lo reconoce es legítimo, pero ¡qué barbaridad! Y lo alarmante es que no nos damos ni cuenta. El derecho no es bueno porque se acepte, ni mucho menos… realmente debemos tener una mentalidad crítica ante aquello que nos regula, no podemos decir que está bien solo porque lo haya aprobado un parlamento, porque esté en una ley… ¡jóvenes, tenemos que ser audaces!
No hace falta tener estudios de Derecho para saber que toda ley, toda política debe fundamentarse y salvaguardar la persona humana, potenciarla a su máximo Bien, pero ¿verdaderamente es así hoy en día? Las leyes han manipulado por completo el lenguaje hasta transformar nuestra manera de pensar. El concepto de persona se ha menoscabado completamente porque ya no se ve la persona como un don, como un regalo, sino simplemente como un sujeto de derechos y deberes, pero sobre todo derechos. De esta manera, se ha perdido por completo la idea de don, pensadlo. Un hijo ya no es un don, parece que el hijo es un derecho “yo tengo derecho a ser madre porque quiero, porque puedo” pero, ¿somos conscientes de las consecuencias de pensar así? Estamos eliminando la dignidad especialísima del hombre. ¡El ser humano es templo del Espíritu Santo, a imagen y semejanza de Dios, tenemos una huella divina en nosotros! ¿Qué fuerte, no?
Y las leyes que se llevan aprobando desde los últimos años difuminan, desdibujan, erradican esta imagen del hombre, esta especialidad, esta excepcionalidad del ser humano. Ahora pocas cosas nos sorprenden, nos cuesta decir ¡qué maravilla que existas! ¡Qué bueno es que tú existas! Cuando leáis alguna ley, cuando os encontréis con alguna polémica, pensad: ¿qué idea de persona me están dibujando? ¿Qué pretenden con esta ley? ¿A qué nos llevará esto? ¡Nos jugamos mucho!
No olvides que Dios te ha creado, te ha pensado, estás hecho a su imagen y semejanza, ¡ERES TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO! Que se note. 


http://www.jovenescatolicos.es/2018/03/01/tengo-derecho/

domingo, 8 de abril de 2018

Hablemos claro: ¿cuánto vale una vida?

¿Existe algo más preciado que una vida humana? Tristemente, parece que en el mundo en el que vivimos actualmente, sí. Vivimos en una sociedad en la que no es nada sorprendente toparse con marchas y manifestaciones en defensa de los derechos de los animales; en la que, hace unos años, muchos montaron en cólera por el sacrificio de un perro portador del virus del ébola.
Viendo este comportamiento de gran parte de la población respecto a la vida de los animales, no puedo más que preguntarme cómo reaccionan estas personas ante los miles de sacrificios humanos que se producen día tras día en las clínicas abortistas de todo el mundo, en las que se asesina a niños dentro del vientre de sus madres, abusando por completo de su inocencia. Es la masacre de los inocentes y nadie habla de ello, al menos dentro del ámbito de lo que es políticamente correcto, claro.
Porque aquí a las madres nadie las advierte de que van a cometer el “asesinato” de su hijo, sino que se esconde y maquilla esta horrible realidad con palabras bonitas, definiendo el concepto como la “interrupción voluntaria del embarazo”. Tampoco se le dice a la madre las secuelas psicológicas a las que se va a tener que enfrentar (como la constante sensación de culpabilidad de aquella madre que, conscientemente, ha matado a su hijo). Es todo un negocio.
De hecho, supongo que muchos de los que hayan leído hasta aquí estarán pensando: “¡Pero si la madre es libre de hacer lo que quiera! ¡Si no desea su embarazo, que acabe con él!”. Pero ¿alguien se ha parado a preguntar al niño si quiere morir en el vientre de su madre? Porque vamos a obviar una cosa, y es que es el hijo el que va a ser asesinado, no su madre. Así que ya desde el primer momento se le está negando el derecho más fundamental de toda persona, que es el de vivir, al anularle su libertad de persona (sí, “persona”, no un puñado de células).
Qué triste pensar que el aborto se produce debido a la concepción que se ha inculcado en los últimos años de que tener un hijo es un lastre, una carga pesada… ¿Supone un esfuerzo tenerlo? Sí. No solo hay que gestarlo durante nueve meses, sino que una vez nacido hay que quererlo, educarlo, invertir una inmensa cantidad de tiempo y dinero en él… ¿Cuesta? Sí. Pero precisamente lo que nos es más valioso en el mundo es aquello que más esfuerzo nos supone. Amar las cosas aunque cueste, ya es en sí la expresión de amor más grande que se puede hacer. Si estás leyendo esto piensa que tanto tú como yo estamos aquí por el mero hecho de que nuestros padres nos han amado y han querido que nazcamos, a pesar de la cantidad de discusiones y problemas que les hayamos podido dar.
¡Vale la pena vivir! ¡Vale la pena amar y ser amados! No le quites la oportunidad al niño que está por nacer, ¿qué culpa tiene él?
María Ramos


http://www.jovenescatolicos.es/2018/02/22/hablemos-claro-aborto-o-no/

domingo, 1 de abril de 2018

Jornada por la vida 2018

La Delegación diocesana de Familia y Vida vamos a celebrar la Jornada por la Vida el 14 de abril, sábado, por lo que en nombre de D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, os invitamos a participar en la celebración de la JORNADA POR LA VIDA en el Sagrario de la Catedral, comenzando a las 19,30 con la exposición del Santísimo y el Santo Rosario por la vida. A las 20,00 h comenzará la Solemne Eucaristía que será presidida por el Sr. Arzobispo.

Con el lema “Educar para acoger el don de la vida” en la nota de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, nos recuerdan que “toda vida humana es única e irrepetible, valiosa y digna, sean cuales sean las circunstancias en las que se desenvuelve” y que “el amor incondicional de la familia permite creer en la seguridad de ser querido pase lo que pase”; “en la familia se aprende a valorar la vida cada vez que hay un embarazo y se recibe la nueva vida con alegría, aunque sea inesperada”.



https://familiayvidasevilla.wordpress.com/2018/03/21/jornada-por-la-vida-2018/