La Cuaresma se nos presenta como un periodo donde analizar nuestra verdadera relación con Dios. Disponemos de un tiempo para redescubrir que nuestro Padre busca nuestro bien y que siempre permanece con los brazos abiertos para acogernos.
El sacramento de la reconciliación supone el deseo de volver al rebaño porque nos fiamos del Pastor, porque sabemos que Él nos perdona, porque Su amor es infinito y misericordioso.
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